El servicio social es una vía para que los estudiantes apliquen los conocimientos de su especialidad en la atención a problemas concretos, particularmente de los sectores excluidos. Las iniciativas de servicio, que han tenido un desarrollo desigual en diferentes países de la región, en general se refieren a una actividad obligatoria no remunerada, que deben cubrir los estudiantes al finalizar sus estudios de educación superior como requisito para obtener el grado.
Si bien la mayoría de las iniciativas de servicio surgen desde las propias instituciones de educación superior (IES), es creciente el papel que otros sectores desempeñan en la definición de las acciones y de los modelos de vinculación. Los gobiernos promueven programas que buscan aprovechar el servicio para llevar a cabo acciones contra la pobreza, o para utilizar a los estudiantes en su etapa terminal para cumplir funciones de atención a poblaciones marginadas. Las organizaciones de la sociedad civil llevan a cabo una diversidad de iniciativas apoyándose en el servicio universitario para promover acciones como la equidad de género, la producción sustentable o el mercado justo. En los últimos años un número creciente de instituciones de educación se han asociado con empresas para promover la realización de algunas actividades de servicio en el marco de la denominada responsabilidad social de las empresas o para promover pequeñas empresas familiares.